25 de noviembre de 2011

Si aún le quedan razones por reir


Se habria pasado los dias en aquél lugar, bajo ese árbol de muchos años, en esa banca que guardaba miles de historias de enamorados, contemplando los carros, las personas, el tiempo, y la vida.
No estaba sola, aunque no estuviera con alguien, siempre le acompañaba una sonrisa.Cargaba una vieja libreta, de sueños y canciones, de días bueno y malos. Le invadían los recuerdos.Y apesar de todo sonreía, tenia una sonrisa bien guardada, para regalarla a cualquiera que quisiera, que necesitara, que la mereciera.

Tenia los planes mas locos; de cantar todas las canciones que le gustan, así desafinara, y bailar cuando nadie le viera, de tener un perro aunque éstos le dieran miedo, de llevarlo a pasear por las tardes, en los días con frió, en las tardes de calor, sentarse sola en la arena, contemplar la playa, y leer a Carlos Cuauhtemoc con el sonido de las olas como fondo musical...quería hablarle a las personas con las que cruza mirada todos los días, y preguntarles cómo les va,  alguno que otro día tomar a alguien de la mano, quería subir a la azotea y contemplar la ciudad, dibujar un bello paisaje, y tomarle foto a todo lo que me causara felicidad. Aún le quedan motivos para reir.